Un festejo inolvidable

Suipacha volvió a vibrar como hace muchos años no pasaba, según el comentario que circula entre vecinos y vecinas de nuestra ciudad, todavía felices por la gran celebración con motivo del 160 aniversario de la fundación de nuestra localidad. 

El viernes tuvo inicio con un encuentro artístico en el que las letras y la música dieron marco a una jornada cargada de emoción. Primero, artistas de Suipacha Emergente, el programa que promociona a jóvenes músicos y músicas locales. Más tarde con la presentación del coro municipal y la Orquesta Criolla, quienes cerraron su presentación con una canción interpretada por ambas agrupaciones. Al finalizar se realizó la premiación del Concurso Literario “Luis Andrés Darritchon”, organizado por el Consejo de la Cultura. Además de conocer a sus ganadores y entregarles sus diplomas, se leyeron e interpretaron textos escritos por Luis Darritchon, escritor suipachense quien falleció este año.

El sábado tuvo lugar la segunda jornada de festejos por los 160 años de Suipacha. Desde temprano la plaza lució con la pintoresca decoración a cargo de Facundo Lozano y Nacho Lezcano y con el colorido de una gran cantidad de puestos de feria y gastronómicos. Sobre una de las calles se oía el bochinche alegre e infantil que venía de los inflables. En la rotonda hubo pintura de obras en vivo. La presencia de centenares de vecinos y vecinas demostraron las ganas de los y las suipachenses de celebrar esta fecha.

Sobre el escenario principal pasaron artistas locales de edades y géneros musicales diversos. Uno de los momentos más esperados del fin de semana llegó cuando sonaron los acordes y Armonía Tropical volvió a sonar ante una multitud que bailaba bajo el compás de sus clásicos.

Un cierre de sábado a pedir del pueblo de Suipacha quien cantó junto a los hermanos Báez cada estribillo y celebró así el cumpleaños de la ciudad.

Acompañado de un clima inmejorable, el domingo tuvo de todo. Por la mañana se realizaron las ceremonias oficiales. En primer término, se celebró la misa en las escalinatas de la iglesia. Luego se realizó el acto oficial y una vez finalizado comenzó el desfile. Hacia media mañana las calles del centro se poblaron vecinos y vecinas para aplaudir a las instituciones que transitaron el recorrido bajo el aplauso del público. El variado repertorio de la banda de la policía bonaerenses ponía un fondo musical amable y que hacía mover los pies a más de un asistente.

Cerca del mediodía fue el turno del desfile criollo. Coordinados por los centros tradicionalistas locales, una nutrida cantidad de caballos y carruajes pusieron color y le dieron un tono tradicional a la celebración.

Mientras tanto, una enorme cantidad de suipachenses y visitantes de otras ciudades recorría una plaza que lucía hermosa. 

A la hubo una jornada de destrezas criollas en el Centro Tradicionalista El Cimarrón. Miles de personas se acercaron al predio que las recibía con las puertas abiertas en un gran evento de acceso libre y gratuito.

Más tarde se produjo el tramo final de una fiesta inolvidable. Artistas de Suipacha brindaron distintos shows mientras el sol se ponía lento y bañaba de naranja el cielo.

La frutilla del postre fue el show de Los Charros, quienes tocaron para una plaza colmada de vecinos y vecinas que bailaron al ritmo de grandes clásicos de la música popular.

Llega a su fin un festejo que comenzó el viernes y tuvo de todo. Una celebración de los 160 años de Suipacha, una ciudad en la que el espíritu comunitario está más vigente que nunca.

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